lunes, 1 de septiembre de 2008

Volver al trabajo no es una enfermedad



La reincorporación es un trauma para uno de cada tres empleados - El síndrome posvacacional es sólo la adaptación a la rutina

Pero la mayoría de expertos consultados dicen que el tal síndrome posvacacional es sólo un mito. Nada de enfermedad, sino una adaptación a los cambios. La patologización de la vida cotidiana ha provocado que socialmente se considere "enfermedades" a numerosos contratiempos del día a día, aseguran. Como sucede con el llamado síndrome posvacacional.

Las amas de casa y los niños también vuelven
Las amas de casa, las grandes olvidadas de los derechos laborales, también pueden sufrir el regreso estival. Las mujeres con una escasa red social y de actividades son las más proclives a pasar por cortos periodos de tristeza y ansiedad. "Para ellas, volver al hogar es más duro que para un empleado", dice la psicóloga del Centro de Tratamiento de la Ansiedad y el Estrés, Vanessa Fernández.

La dureza del regreso se puede deber, sigue Fernández, a que son mujeres que no cuentan con factores de protección para combatir el malestar como quien tiene compañeros de trabajo, por ejemplo. Tras pasar unos días estrechamente en familia o recibir la visita de familiares que no suelen ver, "vuelven a pasar mucho tiempo solas", añade.

Fernández explica el caso de una mujer de 45 años en una familia muy unida, con dos hijos veinteañeros, con los que fueron juntos de vacaciones. "A la vuelta se sentía triste, apática, sufría insomnio y se levantaba muy tarde", dice la experta. Estas amas de casa, recomienda, deberían tratar durante todo el año de dedicar más tiempo a sí mismas y apuntarse a actividades gratificantes.

¿Y los niños, que disfrutan del doble de vacaciones que los adultos? ¿Sufren más al comenzar un nuevo curso? "Los niños tienen mucha mayor capacidad de adaptación a diferentes ambientes y no suelen tener tantas dificultades al volver ni sufren nada parecido a un síndrome posvacacional", añade. Es normal que añoren a sus amigos de las vacaciones, pero enseguida se les pasa. Si no fuera así nos encontraríamos con otro tipo de problema.

Tras unas intensas vacaciones en el campo, los niños de la profesora Ivonne no hacen más que preguntar cuándo volverán al colegio. "No, no sufren ningún trauma, tienen muchas ganas de reencontrarse con sus compañeros", afirma su madre.

Consejos prácticos
- Adoptar una actitud positiva ante el regreso. Evitar la queja permanente.

- Regular los horarios y el reloj biológico un par de días antes de la reincorporación al trabajo.

- Evitar pensar que las vacaciones son un periodo de placer, y que el trabajo es un periodo de sufrimiento.

- Realizar actividades gratificantes para los días laborales.

- Afrontar la vuelta como un nuevo periodo vital, en el que desarrollar nuevas actividades para el crecimiento personal

- En caso de sentirse afectado y triste en el retorno, lo mejor es posponer las decisiones laborales importantes.

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