miércoles, 8 de julio de 2009

DEFENDAMOS LA PROPIEDAD SOCIAL


En el Capitulo VI del libro “La Ciudad Antigua” de Fustel de Coulanges denominado El derecho de la propiedad, el autor afirma:

Se sabe que algunas razas nunca llegaron a establecer la propiedad privada, que otras lo lograron después de mucho tiempo y trabajo. Entre los antiguos germanos - según algunos autores - la tierra no pertenecía a nadie.
(…)

La idea de la propiedad privada estaba implicada en la religión misma. Cada familia tenía su hogar y sus antepasados, esos dioses solo podían ser adorados por ella, solo a ella protegían, era su propiedad.
(…)

En la mayoría de las sociedades primitivas, la propiedad había sido establecida por la religión. Resulta bastante evidente que la propiedad privada era una institución que no podía prescindir la religión domestica. No fueron las leyes las que garantizaron al comienzo el derecho de la propiedad, fue la religión. Cada dominio se encontraba bajo las miradas de los dioses domésticos que velaban por él. Para usurpar el campo de una familia era preciso derribar o trasladar el límite, ahora bien, este límite era un dios. EL sacrilegio era horrendo y el castigo severo.

La propiedad privada puede definirse como el poder jurídico pleno o completo de un individuo sobre una cosa. Se cree que el concepto de propiedad es muy antiguo. Las sociedades primitivas solían compartir ciertos derechos de propiedad, como el derecho a cazar o pescar en un determinado lugar. Aunque existía cierta propiedad personal, como las armas o los utensilios de cocina, parece ser que la propiedad real era común. La tierra no empezó a considerarse como “propiedad privada” de personas hasta después de la Edad Media. Bajo el sistema feudal, la tierra podía ocuparse pero no se tenía la propiedad. Esta ocupación implicaba muchas obligaciones. En el sentido moderno de propiedad, tan sólo los monarcas y la Iglesia poseían la tierra.

Con la Revolución Industrial, el consiguiente abandono de la agricultura y la aparición de acciones y bonos, la propiedad personal alcanzó la misma importancia que la propiedad real. La tierra se convirtió en un bien que podía comprarse y venderse, como cualquier otro bien.

Ahora bien la Propiedad Social es clave por su trascendencia práctica al desarrollarse un proceso de transformación socialista de la sociedad.

1.- Tan absurdo, por incompleto, es reducir la propiedad a su forma jurídica de expresión, como querer ver un “contenido exclusivamente económico”… que al final no se ve.

2.- Está claro en Marx, que la propiedad es un sistema de relaciones. A la vez que la propiedad es una relación dentro del sistema de relaciones de producción.
3.- La propiedad, como proceso de apropiación, no puede verse separada de la actividad política. Esto se expresa claramente en un descubrimiento de Marx: lo que compra el capitalista no es el trabajo del obrero, sino su “fuerza de trabajo”.

4.- La propiedad social está históricamente condicionada. El carácter socialista lo define el grado de participación de los individuos en el proceso de dirección de la actividad social como sistema, -dentro de ella la actividad económica en primer orden.

5.- El socialismo, como proceso que inicia el paso a una organización de la sociedad en cuyos marcos “…el libre desarrollo de cada individuo es condición del libre desarrollo de todos”, es el comienzo de un salto cualitativo en el desarrollo de la propiedad social, y no el mero salto hacia su “predominio”.

La Propiedad Social es un elemento fundamental para la construcción de una sociedad más justa, una sociedad de iguales, ya que de esa manera se procura acabar con la explotación del hombre por el hombre. Al tiempo que darle mayor participación a las mayorías que históricamente han sido excluidos, se trata pues, de darle mayor poder al pueblo.
Fuentes Consultadas:
“La Ciudad Antigua” de Fustel de Coulanges.
http://www.nodo50.org/cubasigloXXI/economia/brigos6_310801.htm

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