viernes, 17 de julio de 2009

Efectos urbanos del neoliberalismo



La ciudad: entre la reivindicación del espacio publico y la privatización de la vida. La impronta de una lógica de privatización y segregación. Los que advierten de que la privatización se encuentra en la raíz de la marginación social y es consecuencia de un modelo que alienta las desigualdades, reclaman una barrera más firme para frenarla. Las posibilidades de forjar una convivencia armónica y una ciudad habitable por la mayoría dependen de ello, dicen. ¿Pero quién debe establecer esa frontera? En todo caso, ¿qué pasa cuando la propia sociedad legitima con su voto una política que confunde progreso con especulación inmobiliaria? Como se ve, toda iniciativa urbana tiene un sentido público; afecta a la comunidad y no sólo al emprendedor y a los destinatarios.¿Es lo mismo cambiar una plaza por una autovía; un centro público por un estacionamiento; un mercado tradicional por un centro comercial? No, son alternativas diferentes que fomentan vínculos diferentes y repercuten en los sentidos públicos, por ejemplo, en los de convivencia, tolerancia o respeto mutuo. En definitiva, el desarrollo de la ciudad responde menos al azar que al marco socioeconómico; de ahí su capacidad para revelar el nivel de fragmentación de una sociedad.

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